Óscar Santa María

Óscar Santa María

Óscar Santa María Huerta es comandante de la Fuerza Aérea de Perú, quien en 1980 disparó contra un objeto volador no identificado. Ocurrió el 11 de abril de 1980 a las 7 y 15 de la mañana, cuando le ordenaron tomar su avión de guerra, un Sukhoi SU-22, lo más avanzado a nivel tecnológico en esos momentos, con el objetivo de derribar un ovni. Él se encontraba en la Base Aérea Militar de La Joya, y el objeto que habían detectado era “completamente esférico y en la parte superior era como una porcelana de color crema, con una base redonda y ancha de color gris metálico, como un cenicero”, en palabras del comandante. Era un objeto volador no identificado que “se desplazaba a gran velocidad y presentaba un tamaño de unos 10 metros de diámetro, por lo que se convirtió en un objeto fácil de derribar”, asegura el militar. El objeto se registró en la Base Aérea de la Joya, en Arequina, al norte de Perú, y las órdenes de derribarlo surgieron debido a que las autoridades militares del país no querían que este objeto realizara labores de inteligencia. Desde su avión, Óscar Santa María lanzó 64 obuses contra el ovni, por lo que se creó una gran pared de fuego. La sorpresa fue que ese objeto volador no identificado no se vio afectado por las bombas. Según el comandante, los efectos de estas armas son devastadores y no había posibilidad alguna de que el objeto anómalo saliera ileso después de lo ocurrido. Sin embargo, el objeto pudo escapar a pesar de los 64 obuses, y sin sufrir ningún daño. La persecución ovni duró unos 25 minutos, y en este tiempo el comandante Óscar Santa María sentía que el objeto, de alguna manera misteriosa, conocía de antemano sus movimientos. “Fue una sensación extraña, al momento de alcanzar una altitud para después ponerlo en la mira y dispararle, el objeto me rompía la operación y se acomodaba a la misma altitud y a un lado del avión”, expone el piloto. Óscar Santa María estuvo a tan solo 100 metros del objeto, y asegura: “no vi que estuviera girando, ni que tuviera ventanas ni remaches. Lo que más me llamó la atención es que no tenía ningún medio de propulsión como cualquier otra aeronave conocida hasta esa fecha”. Además, en las pantallas de radar solo era visible el avión de Óscar Santa María, pues el ovni no aparecía, aunque los operadores estaban viéndolo a simple vista en el cielo, como un gran objeto luminoso. Más de mil personas siguieron la trayectora del ovni desde la base militar, y ese suceso fue clasificado por la Fuerza Aérea del Perú como el número 7 en cuanto a incidentes ufológicos de este tipo investigado a nivel militar en el país andino.

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